Desde sus trincheras, unos pocos combaten y resisten.
Son unos pocos. Son decenas, cientos, decenas de miles o millones en todo el mundo.
Combaten contra el individualismo y el desencanto.
Combaten contra la masificación y contra la soledad.
Combaten contra la quietud y los mercados.
Combaten. Combaten y sueñan… y crean…
y construyen nuevos sueños.
Y los comparten y los mezclan con otros sueños más nuevos todavía. ¡Son jóvenes con experiencia y viejos en formación! No se sabe del todo quién es quien ni debajo de qué baldosa estarán, preparándolo todo.
Se los sospecha en teatros y en teatritos, en clubes, en bibliotecas, en centros y en periferias, en plazas, en casas… y hasta en alcantarillas.
Atájese: ¡Están por estallar a plena luz!
Dicen que el ruido será tan fuerte y tantos los epicentros del disturbio, que las denuncias perderán sentido y las autoridades se verán obligadas a crear, por fin, la figura de “vecino molesto”, que pagará multas de hasta dos meses sin televisión.
Atájese y si lo prefiere…
¡SÚMESE A LA FIESTA!